Fundación LLYC

Plan de Amigas.
Un cambio de armario solidario.

“Plan de Amigas”: Dos proyectos, un objetivo

Aprovechando el habitual cambio de armarios que se produce entre estaciones, en la Fundación LLYC llevamos a cabo la iniciativa “Cambio de armarios solidario”, en el cual, con ayuda de todos los empleados de la Firma, conseguimos recolectar más de 400 prendas de ropa –en su mayoría prendas de mujer, aunque también contamos con algunas otras masculinas y de niños–.

La idea inicial era donar esta ropa a una entidad que la precisase, sin embargo, el éxito de convocatoria y la tremenda participación de nuestros equipos nos llevó a desarrollar una segunda fase del proyecto, mucho más ambiciosa, original y llamativa.

En un momento en el que las tiendas “pop-up”, show-rooms y tiendas de segunda mano están de moda, decidimos formular un “Plan de chicas” diferente dirigida a apoyar a uno de nuestros colectivos principales: mujeres en riesgo de exclusión social.

El objetivo detrás de este proyecto fue donar ropa de gran calidad con plena dignidad, ofreciendo una experiencia inolvidable a mujeres en riesgo de exclusión social con “un plan de chicas” que les haga sentirse guapas e importantes por un día y en un ambiente distendido y divertido.

Impacto.

Gracias a este proyecto conseguimos ayudar a 124 mujeres y 24 niños a través de 6 fundaciones. Además, 6 empresas colaboraron con nosotros para hacer realidad este día entre chicas.

“No pensé que el puesto de gafas de sol fuera a ser una parada tan importante en el Plan de Amigas. Para muchas mujeres, las gafas son la forma de mostrar al mundo su estilo, su elegancia, o su atrevimiento. Pero para muchas otras también puede ser un accesorio perfecto para esconder sus lágrimas, rabia o tristeza. Esa tarde, una mujer me pidió que le diera “las gafas más grandes y negras que tuviera para esconder su rostro”. Me quedé paralizada por un momento. Era una mujer guapísima pero sus ojos estaban llenos de un dolor desgarrador. “¿Por qué no te pruebas estas gafas moradas de forma moderna y redonda?”, le dije. Eran atrevidas incluso para mí, pero esa mujer necesitaba color y alegría por fuera, para tener la fuerza necesaria para seguir adelante por dentro. Al ver su reflejo, su primera reacción fue asustarse. Se miró despacio, con cautela, y después coqueta, y al asegurarle que le quedaban perfectas, vi como esbozaba una pequeña sonrisa. “Hacía tiempo que no me sentía tan guapa”, me dijo. Y me abrazó dándome las gracias. “Si no he hecho nada”, pensé. Al ver cómo se alejaba, con las gafas entre sus manos como si fueran un tesoro, me di cuenta de que quizá ese objeto fuera su amuleto para seguir adelante y mirar con nuevos ojos, la próxima etapa en su vida. Entonces la que esbozó una sonrisa, fui yo.”

Patricia Ariño
Voluntaria de la Fundación LLYC

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